desde la asamblea/Nino Olmeda
Tres partidos y unos administradores únicos
Los partidos tienen su administrador único y los ciudadanos están hasta las
orejas de que les cuenten milongas para justificar sus métodos

El último pleno recogió de nuevo las diferentes posiciones en el conflicto de Irak. Por un lado, la del Gobierno presidido por Alberto Ruiz-Gallardón, en línea con la mantenida por Aznar, el íntimo amigo del capo del mundo (Bush), pero menos descarnada y más de tapadillo. Y por otro, la de la oposición socialista y de IU.
El parlamentario de la coalición Fernando Marín repitió la negativa de su grupo a la guerra, sea preventiva o no, y el socialista Pedro Sabando alertó de la ruptura que entre todos los belicistas están buscando del derecho internacional y de la configuración del mapa territorial salido de la II Guerra Mundial. No sirvió para nada, porque el PP se opuso a pedir un claro y rotundo "no a la guerra" y prefirió puntualizar que apoya los esfuerzos del Gobierno de España. Antes de este debate, Gallardón utilizó su ironía dialéctica para responder a la parlamentaria del PSOE Cristina Almeida sobre la "evolución negativa" del empleo en la región. El mandatario madrileño, después de recordar que "somos la primera" en creación de empleo, femenino y de calidad, manifestó que la evolución de la creación de puestos de trabajo es negativa para las expectativas de los socialistas en los próximos comicios municipales y autonómicos.
El fin de semana cerca de millón y medio de manifestantes contra la guerra y contra el "idiota que hace la pelota" al Bush de turno -eso decían en la calle los educados y ordenados ciudadanos que pidieron parar la escalada belicista del momento-, abrieron una nueva etapa en la política española y madrileña.
No se había ido todavía el fin de semana cuando los socialistas, en el Comité Regional de la FSM, dieron una lección de "buen hacer y participación" a la hora de elaborar las listas del PSOE a la Asamblea de Madrid para las elecciones de mayo. La conclusión de esa "perversa interpretación" que hacen los que ahora mandan en la FSM es que todo queda en manos del administrador único, en este caso, el secretario de Organización, Antonio Romero. Esta figura de regulación y organización societaria deja todo en manos del administrador único, que a veces se deja asesorar por un equipo creado a tal fin.
El PP también tiene su administrador único, Pío García Escudero, e IU, no, pero tiene una "banda desconocida" que se encarga del parto y reparto, según un conocido parlamentario de la coalición que prefiere no dar el nombre para que no caiga sobre él el odio de los "invisibles pero dañinos hombres del aparato".